Cambios que sucedieron desde que comenzé el ingreso a la facultad el año pasado, hasta ahora:
-Me gorilicé: Esto sucedió antes de empezar la facultad en realidad, fue como una transición veraniega. Debo reconocer que nunca fui amante de la masa o lo popular. Pero al peronismo siempre lo tuve ahí, en un término medio: me parecía muy demagógico, pero se podía rescatar algo de ellos. Luego de charlas con diferentes personajes iluminadores y lectura profundizadora de este movimiento político, llegué a concluir que, lisa y llanamente, lo detesto, y creo que arruinó la Argentina.
-No duermo más siesta: Salvo los jueves, que es sagrada. Me acostumbre a estudiar a esa hora, o a veces llegaba de la facultad y no tenía sueño. Igual, sigo acostándome a la misma hora del año pasado, ergo: duermo menos.
-Consumo café y Coca-Cola con mayor frecuencia: La Coca, en casa y para las épocas de estudio intensivo (aunque me estoy haciendo adicta rápidamente). El café en la facultad, los días en los que tengo sueño y no hace demasiado frío como para bajar y cruzar de edificio (porque no da comprar el de las maquinitas ni el de mi edificio, el mejor, lejos, es el del buffete del medio).
-Descubrí que mi colegio no es taan bueno como pensaba: Osea, sí: en matemática, biología o lengua salimos con conocimientos increíbles, nos formaron como personas, aprendimos a pensar ahí, y los debates en las clases de Edu eran lo más…PERO: apestamos, y mucho, en historia; nos faltan conocimientos clásicos en filosofía: osea, hola, ¡¿cómo puede ser que no hayamos visto a Platón, a Descartes, a Hegel?! Hablamos de Nisbet y Schopenhauer, y nos llenamos las bocas con palabras postmodernas gracias a Sartre y el bendito Nietszche, pero nos falta entender todo el transcurso de la filosofía, cómo, por qué y gracias a quiénes llegamos ahí. Además, poniéndonos snobs: no sabemos nada de nada de historia del arte.
-Agradezco a Mery por haberme introducido en el mundo de las Naciones Unidas y la política: tres años de piernas que temblaban mientras alguna delegación nos preguntaba sobre Venezuela, el hablar frente auditorios que estaban, a nuestro parecer, repletos, y la búsqueda de un léxico más apropiado al entorno, me dejó bastante bien preparada para cinco años de finales (obligatorios) orales.
-No salgo más por Ramos: Hace bastante, me animaría a decir que desde diciembre del año pasado que no piso Gaona. Siempre hay algún boliche capitalino en el cual podes pasar gratis y conseguir tragos mucho, pero mucho más baratos, sólo mostrando la credencial universitaria.
-Me visto distinto: Bueno, no del todo. Pero ahora puedo comprarme casi toda la ropa que me gusta, sin importar si es “apropiada para salir por Ramos” o no, o si voy a tener ocasión de usarla. Siempre tuve mucha ropa de verano y no tanta de invierno (gracias al glorioso uniforme), y bueno, digamos que eso este año cambió.
-Tengo menos vacaciones que antes: Cuando iba al colegio, empezaba a cursar a principios de marzo y terminaba a fines de noviembre; ahora empiezo también en los primeros días de marzo, pero hasta fines de diciembre no soy libre. Y si llega el caso, en algún momento, de tener que rendir en el llamado de febrero, éste mes tampoco quedará libre.
S.
Diferencias entre mi vida escolar y la universitaria.
Publicado por Sole en 18:28 Etiquetas: Cualquier cosa
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1 comentarios:
Desaparecida en acción.. digo, Sole :P calculo que la vida facultativa te comió, pero pareciera que felizmente, así que me alegro.
Calculo que cuando yo empiece la facu tmb van a cambiar muchas cosas, pero ciertamente no creo que para el mismo lado que vos :P lo que sí comparto es que nuestra escuela al fin de cuentas no es TAN buena, y que ignoramos mucho.
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