Esto de las vacaciones, entre el tiempo libre y el desorden apocalíptico de papeles que se viene acumulando en los cajones, me lleva a ordenar todo lo que durante el año se encuentra suelto y revuelto en algún rincón de mi cuarto. Me toca acomodar las carpetas de los tres últimos años de colegio, discerniendo entre los papeles que pueden ser útiles para la facultad, los que no merecen existir (química, salud y adolescencia, psicología, etc.) y los que quiero conservar, solo porque sí.
En la primera y última categoría entran las carpetas enteras de filosofía y sociología (o filosofía política, como Edu gusta llamarle). Aristóteles, Schopenhauer, Sartre, Jaspers, Nietzsche, Comte, Hobbes, Maquiavelo, Marx, Webber, Durkheim, y demás.
Debates sobre el exitismo, el poder, la felicidad, la pobreza, y por supuesto, sobre política y religión, en los cuales tuve el horror de descubrir que tenía compañeros, e incluso amigos, a favor de la pena de muerte, y una loca que también apoyaba la tortura.
Más allá de las diferencias ideológicas, lo estimo como a pocos de sus pares profesores y sus clases van a ser una de las cosas a extrañar.
S.
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2 comentarios:
permítame notar, señorita, que escribió muy mal el apellido de mi querido Friedrich.
aguante Eduuuu !
hay cosas como descubrir que gente opina que
"Los pobres son pobres porque quieren ser pobres"
"Natu tiene cara de judia"
"Los judios tienen olor a humedad"
la lista sigueee
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